Bajo un contexto enrarecido por acciones mal asesoradas, nuestra flamante Presidente Municipal, Samantha Smith Gutiérrez, ha visto seriamente cuestionado su liderazgo al frente de una administración de importancia histórica y trascendencia paradigmática en la mutación del sistema político mexicano, rumbo a la dignificación de la participación de la mujer.
Arrancando gobierno el pasado 10 de octubre y con una perspectiva de posicionamiento político y de ejercicio del poder municipal, Samantha convino con la fracción edilicia de Morena la designación del regidor Julio César García Sánchez, como presidente de la Comisión de Equidad de Género, a sabiendas de que el mismo estaba imposibilitado moralmente para ello por el antecedente penal de violencia contra la mujer. Así, el entramado de las acciones de gobierno de Smith Gutiérrez la expuso al escándalo maniqueísta del juego entre malos y buenos que sus asesores le vendieron como fórmula para descalificar y dominar adversarios en el Ayuntamiento.
Sin embargo la dinámica de la lucha de contrarios no sólo evidenció los lastres personales del regidor, sino que asimismo dejó entrever la vulnerabilidad de Samantha como presidente al quedar exhibida ella misma por la toma de decisiones en apariencia ingenuas y desinformadas, lo que sería su primer revés político. Posteriormente tras una descalificación generalizada, donde propios y contrarios, incluida la Gobernadora Libia Denisse García y el H. Congreso del Estado, este viernes en sesión de Cabildos Samantha Smith propone la “remoción” al regidor incómodo de la Comisión de Equidad de Género, pero cual secuela de yerros en la misma sesión su equipo la expone a navegar en un mar de ignorancia y desatinos políticos, pues el pleno del Ayuntamiento aprueba una iniciativa predadora de la esencia de la comisión en comento para que se modifique la ley y sea exterminado uno de los géneros sustento y causa original.
Pareciera indiscutible que alguien del equipo más cercano de la alcaldesa le está jugando las contras y la quiere hacer ver mal, así como que en el ala política los regidores y regidoras de su propio partido y aliados, que debieran cobijarla carecieran de intelecto o competencia profesional para evitar llevarla por este sendero tenebroso de la política medieval caprichosa e irreflexiva. Escenario contrastante si consideramos que hoy Samantha merece apoyo, cuidado y consejo asertivo antes que asesoría sustentada en la ignorancia presuntuosa e incompetente.
Quizá nuestra presidente debiera sentarse ante una taza de buen café y serenamente concentrarse en dos premisas importantes: ubicación existencial, para que se vea como titular del poder municipal y se atreva a desprenderse de influencias perniciosas de vivales que ya se apoderaron del Municipio como modus vivendi; metódica funcional, para establecer por necesidad logística su propia sala de crisis o War-room que le ayude a sistematizar la operación gubernamental bajo el precepto de inteligencia estratégica, ni modo por algo Libia decidió eliminar la Jefatura de Gabinete, pues algunas dependencias de gobierno sólo sirven para manipular realidades.
Finalmente, la administración histórica que liderea Samantha Smith, amerita ajustar su liderazgo impregnándolo de una visión íntimamente personal, capaz de desarrollar una visión de estadista con enfoque de arquitectura gubernamental con perspectiva y sentido, apoyado en una estructura sometida a su proyecto de futuro en el que Dios y la sociedad le pedirán buenas cuentas. El momento de hacer la diferencia es ahora y es aquí.