Tras la reciente presentación de Tesla, una pregunta revolotea en mi mente: ¿Qué sucedería si nuestras autoridades de elección popular, jueces y magistrados fueran androides?
El futuro nos alcanza a pasos agigantados. Ayer, Elon Musk presentó a Optimus, el androide que promete ser tu asistente en casa. Además, en el marco de la presentación de su Robovan, Musk dio un adelanto de los avances en inteligencia artificial y los cada vez más sofisticados algoritmos matemáticos.
Entre las novedades, destacó una primicia: estamos a las puertas de una nueva era de asistentes, aquellos que no solo te hablan, sino que actúan. Ya no es solo cuestión de “decir”, ahora llega el momento de “hacer”.
Una legión de androides domésticos fue presentada, y con ello, Musk nos muestra un camino fascinante, aunque también inquietante. Si tomamos como referencia las novelas de Asimov o las películas de Terminator, ¿estamos ante el inicio de lo que “Sarah Connor” temía?
Recordemos que, a lo largo de la historia, la ficción ha superado a la realidad en numerosas ocasiones. Ejemplos sobran, como la obra de Julio Verne De la Tierra a la Luna, que en 1969 se hizo realidad con la llegada de Neil Armstrong al satélite.
Hoy, nuestra sociedad parece estar avanzando hacia una nueva evolución del Homo sapiens… ¿hacia el Robot? Puede sonar descabellado, pero quizás valga la pena preguntarse: ¿Sería mejor que nuestros gobernantes fueran androides? ¿Y si, basándonos en las leyes de la robótica de Asimov, elimináramos al ser humano de la clase política?
¿Qué opina usted?