Transcurrido el sainete de un proceso sucesorio, totalmente controlado y sometido a reglas superficiales carentes de toda lógica legal al no contar con criterios de dictaminación en ninguna de sus fases, ni indicadores que permitieran realizar análisis comparativos o una serie de parámetros metodológicos y pertinentes que valoraran la participación y desempeño de cada uno de los 5 aspirantes, este miércoles 27 de septiembre habrá de realizarse la toma de protesta y ascenso al poder universitario de la Dra. Claudia Susana Gómez López.
En el espectro de una sucesión predecible y blindada contra todo tipo de contrariedades, al contar con el compromiso incondicional de los 11 integrantes de la Junta de Gobierno, constituida como el gran elector, resulta inexplicable que el rector Guerrero Agripino asumiera el papel de villano y tuviera que manipular tan burdamente todo el proceso sembrando conflictos, intrigas y conspiraciones innecesarias que sólo fomentaron las pasiones políticas y la confrontación de frentes en pro y en contra de la elegida por el grupo en el poder, desgastándola y estigmatizándola bajo una estela de ilegitimidad e ilegalidad que aún hoy la tienen contra las cuerdas.
Lo lógico era que, teniendo todo bajo control y asegurado el voto absoluto e inapelable de los integrantes de la Junta, el rector general dejara correr tranquilamente el proceso sin pervertir ni convulsionar en lo más mínimo alguna fase o momento, no había necesidad de convertir un proceso prácticamente administrativo y de mero trámite en una odisea encarnizada que sólo incitó posturas que se salieron de control exponiendo la tranquilidad y armonía de la colmena legendaria.
Si ya estaba todo armado para que ganara la Dra. Claudia Susana Gómez, por qué no se obvió todo el proceso dejándola flotar libre y sin presiones, por qué no se evitaron las situaciones convulsivas y la violencia institucional, por qué no se dejó transcurrir el proceso en aguas apacibles que además dejara llegar todo al gran elector sin presiones y conflictos, por qué se llevó todo bajo un manual tan burdo que todo descompuso y llevó dando tumbos de ilegalidad desde el allanamiento, la cargada institucional a favor de Claudia, las campañas grotescas de la estructura orgánica de la UG, el uso indebido de recursos y medios oficiales cargados en su beneficio, un esquema de seguridad tendencioso y agresivo, por qué hubo necesidad de manchar la investidura rectoral y mancillar la imagen de la máxima autoridad universitaria cometiendo posibles delitos, faltando a su propio código de ética y ser humillado con una recusación que lo expulsó vilmente de la conducción de los órganos de gobierno de la Máxima Casa de Estudios.
La explicación de los por qué torcieron todo, cuando tenían asegurado el resultado en su favor con el voto de los 11 magníficos de la Junta de Gobierno, sólo se podría entender con la existencia de una mente perversa e incompetente que manipuló a Luis Felipe Guerrero Agripino para hacer todo con la mayor torpeza posible, lo que hoy tiene a la Universidad de Guanajuato ante el caos y el vacío existencial que deja a la entrante Rectora General con una autoridad cuestionada e inmoral cuando pudo ser coronada con un proceso legítimo natural que le revistiera de todo el poder legal y moral para ejercer el encargo con toda libertad.
Ahora para poder armonizar y pacificar el territorio UG, la Dra. Claudia Susana Gómez se verá obligada a negociaciones limitativas y concesión de prebendas con todos los frentes académicos, directivos, estudiantiles y sindicales quedando prácticamente sin margen de autoridad. Ahora si la nueva rectora es inteligente y en verdad ama como dice a la UG, deberá abrir todos los canales de comunicación, tender todos los puentes con académicos y estudiantes, integrar a todos los personajes emblemáticos, establecer políticas de atención a los temas más candentes y desde luego demostrar que sabe trabajar bajo las líneas de legalidad, transparencia, ética y honestidad que tanto clama la comunidad universitaria, sobre todo debe demostrar capacidad negociadora para desactivar los conflictos que marginan al Consejo General y a ella misma a despachar casi en el exilio, en el espacio hotelero o área de descanso y recreación burocrática denominada Nueva Zona UG.
La restitución del panal y de la verdad como ariete de libertad y de justicia, es tarea inminente y obligada para Claudia Susana Gómez, un reto enorme para un espíritu imponente, ¿será capaz?