Con la finalidad de tender puentes de conciliación y distensión del ambiente previo a la designación del Rector General de la Universidad de Guanajuato, el pasado jueves 3 los aspirantes Teresita Rendón Huerta, Carlos Hidalgo Valadez y Armando Gallegos Muñoz hicieron una declaración conjunta para convocar a todos los candidatos a comprometerse con un Pacto de Civilidad y respeto irrestricto durante todo el proceso de designación.
La propuesta además de buscar el fomento de la armonía y el respeto, como valores necesarios en un proceso tan delicado en la vida de la Universidad, pretende ratificar la confianza en la imparcialidad y transparencia con que se deben conducir el H. Consejo General Universitario y la Comisión Especial encargada del proceso de designación de la persona titular de la Rectoría General, por lo que reviste de nobleza y humildad la postura del trío de candidatos referidos, entendiendo que con ello sobreponen el interés superior de nuestra máxima casa de estudios sobre el bien personal.
Indiscutiblemente que el juego de intereses subyacentes al proceso de transmisión del poder, casi absoluto del ente universitario, ha despertado pasiones nunca antes vistas en procesos similares, pues ahora se especula que la estructura orgánica de la UG ha sido alineada en pos de una sucesión controlada en favor de Claudia Susana Gómez López como alfil del actual rector general Luis Felipe Guerrero Agripino, lo que implicaría la validez y pertinencia de una propuesta de civilidad que se pudiera traducir en la firma de un pacto de respeto y sometimiento a las reglas éticas y legales del proceso, mismas que son garantes de la integridad institucional de la Universidad de Guanajuato.
El pacto sugerido es un llamado no sólo a los candidatos a la Rectoría General de la UG, sino a la comunidad universitaria en su conjunto, abarcando a docentes, estudiantes, administrativos y directivos para que se sumen al esfuerzo de mantener actitudes responsables y constructivas en bien de la Universidad, evitando colateralmente caer en acciones fruto del apasionamiento visceral o el manipuleo malsano que pongan en riesgo la paz y tranquilidad que han prevalecido históricamente en esta institución de educación superior.
Sin embargo, en tanto los candidatos Claudia Susana Gómez López y Ricardo Valdez González brindan una respuesta o exponen algún pronunciamiento sobre el llamado de paz, han surgido actos de acoso o intimidación a uno de los convocantes que enrarecen aún más el ambiente sucesorio, pues denuncian hackeo a cuentas del rector del campus León y amenazas de manifestaciones estudiantiles en su contra armadas aparentemente desde la misma estructura orgánica de la UG, lo que semejaría la existencia de acciones indebidas que enrarecen la vida universitaria y que debieran ser preocupación y ocupación del rector general para garantizar la integridad y el respeto a los participantes, ya que las condiciones de legalidad, seguridad, imparcialidad, transparencia y armonía institucional son su total responsabilidad y la estructura orgánica de la UG está obligada a trabajar por el bien general de la Universidad.
Definitivamente alguien debe poner orden en la jerarquía universitaria y garantizar que procesos y órganos internos, Consejo General y Comisión Especial, se ajusten al marco normativo correspondiente para que prive la transparencia, legalidad y honestidad en la designación de la Rectoría General de la Universidad de Guanajuato. Quizá Agripino deba pedir licencia al cargo en tanto se resuelve la sucesión, que saque las manos del proceso de manera definitiva y que deje que “La verdad os haga libres”, antes que las circunstancias obliguen a que el Consejo General Universitario le destituya y nombre un rector provisional, lo que sería por demás denigrante para un doctor en leyes.