J. Leyva
Las políticas públicas de protección civil, ¿Son selectivas?, o se diseñan con una visión integral.
En Guanajuato existen 285,615 Personas con Discapacidad (PCD), según el Censo de Población y Vivienda 2020 y registró 78 emergencias derivadas de inundaciones originadas por la temporada de lluvias del 2022, según datos de la Coordinación Estatal de Protección Civil.
Al hablar de protección civil y de discapacidad, es describir dos universos de problemáticas, estrategias, acciones e ideas que deben de convivir de manera paralela en busca de disminuir la brecha que durante años ha existido.
En ese sentido, la relación que tenemos como población con los fenómenos naturales, depende de categorías sociales que nos posicionan en lugares de exclusión o de privilegio. No es lo mismo disfrutar de la lluvia a través de la ventana tomando café, que esperar al urbano en una calle que se inunda, o intentar cruzar una avenida con charcos utilizando sillas de ruedas, o simplemente ser completamente dependiente de alguien más. Será la misma lluvia, pero no nos afecta a todos de igual manera. Las diferencias de género, edad, localidad, condición económica, raza, color de piel, discapacidad, entre otras, influyen en cómo nos impactan los distintos fenómenos ambientales, en la posibilidad de tener acceso a información sobre estos y sus riesgos, así como en ser parte de las estrategias de protección.
No debemos perder de vista que la vulnerabilidad que debiera estudiar la protección civil, es multifactorial, definida por cuestiones físicas, sociales, económicas y ambientales. Dentro de la vulnerabilidad social, se ubica aquella población con alguna discapacidad, siendo otro de los factores que hacen mucho más riesgoso enfrentarse a un desastre natural, dada la serie de desigualdades que la discapacidad imprime en la cotidianidad de quienes viven con ella.
La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad (CDPD) habla de las obligaciones de los Estados que la han firmado. Es muy claro y concreto.
“Artículo 11. Situaciones de riesgo y emergencias humanitarias. Los Estados Partes adoptarán, en virtud de las responsabilidades que les corresponden con arreglo al derecho internacional, y en concreto el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos, todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la protección de las personas con discapacidad en situaciones de riesgo, incluidas situaciones de conflicto armado, emergencias humanitarias y desastres naturales”.
Así, la relación de la discapacidad con los desastres naturales es multifacética, en donde la población con alguna limitante física se ve altamente afectada ante situaciones de desastre.
Actualmente se cuenta con diversos instrumentos que ayudan a los cuerpos de emergencia a dar una atención especializada a la población con discapacidad, principalmente en los tipos motriz, auditiva e intelectual, como la existencia de la Norma Oficial Mexicana 008 de la Secretaría de Gobernación, la cual entró en vigor en el 2016, o bien varias guías de atención a PCD en situación de riesgos ante un desastre, como la elaborada por la Secretaría de Protección Civil del Distrito Federal (SPCDF) y la Coordinación Estatal de Protección Civil.
Existen 11,758 registros de PCD en el Atlas Estatal de Peligros y Riesgos de Guanajuato, de estas, 129 se ubican propensas a sufrir afectaciones por inundaciones durante la actual temporada de lluvias, según lo informado por la Coordinación Estatal de Protección Civil.
Al tener un indicador como el de PCD que pudieran verse afectadas en temporada de lluvias, nos habla del interés del gobierno de visibilizar a este sector de la población, lo cual ha llevado al estado de Guanajuato a ser una de las primera entidades del país en contar con un protocolo de atención especial para personas con discapacidad en situación de emergencia, instrumentos legales que permite utilizar una red de vehículos adaptados que pueden utilizarse en caso de emergencia, personal de atención a emergencia con conocimientos en lengua de señas mexicana o trabajar en el primer campo semántico de protección civil en lengua de señas mexicanas, entre otras acciones.
Se ha avanzado, sí, pero aún falta mucho…